miércoles, 26 de agosto de 2009

Se nos va de las manos

Un nuevo ránking coloca a Caracas como la segunda ciudad más violenta del mundo. Sólo la supera Ciudad Juárez, epicentro de una narcoguerra en la frontera de México y Estados Unidos.

En los habituales discursos del Presidente de la República proliferan los insultos hacia todo aquel que lo haya criticado, sea ciudadano común, político o artista, nacional o internacional. Hace dos días condecoró a un Coronel cuyo único mérito fue reprimir a una manifestación y luego dar un discurso político a su tropa.

Mientras tanto, la Asamblea Nacional discute y aprueba una Ley en contra de los juegos de videos violentos. Entre los problemas que tiene el país... ¿En qué lugar se ubicarían los videojuegos donde los niños se asesinan en modo virtual?

Lo digo porque no creo que realmente esos juegos sean la diversión más sana que pueda tener un menor, así como tampoco lo son las armas de balines que pueden hacer algún daño real, pero en un país donde hay unos 13 mil asesinatos al año, y proliferan las armas reales ¿Cómo se puede perder el tiempo en algo de tan poco peso?

El gobierno lo hace porque esa es su única meta: joder. Joder al que no le gusta, al que no comparte plenamente su discurso o sus ideas. A estas alturas, el problema de todo lo que hace el gobierno, no es exactamente lo que hace sino cómo lo hace.

Más allá de los peligros de la nueva Ley de Educación, el problema es que en verdad no se discutió. Ellos pueden decir que sí... pero no. Se aprobó en muy poco tiempo, en período vacacional, y gran parte de la comunidad educativa que la conoció la rechaza. Así no se puede aprobar nada.

El gobierno venezolano ha llegado (aunque no es una actitud nueva) a hacer las cosas estrictamente a su manera, sin permitir pataleos y sin pararle media bola al otro. Específicamente, busca joder al otro. Sino díganme ¿hacía falta el discurso del Coronel Benavides aquel día de la manifestación? ¿No creen que lo hizo a propósito enfrente de las cámaras, queriendo que toda la oposición lo oyera?

Y es que en ese punto estamos. Aquí hemos llegado. El gobierno se va, se escapa, y no hay manera de contenerlo. Cuando hace un tiempo había pocos ejemplos para poder confirmar que aquí había un régimen no-democrático, ahora no faltan.

Siempre he cuestionado la inocencia plena de los miembros de la Policía Metropolitana presos por el 11 de abril. En todo caso, lo que claramente falló fue la forma en que se llevó a cabo su juicio. Ahora, los llamados "prisioneros políticos" o "perseguidos" son muchos más y con mucho menos sentido: Manuel Rosales, Didalco Bolívar, "Maraco" (conductor del camioncito del Movimiento Estudiantil), Gustavo Azócar, Nixon Moreno y el más reciente, el Prefecto de Caracas, Richard Blanco.

La manera como barrieron a Ledezma de la alcaldía, las tomas a cualquier organismo de la gobernación de Miranda, el seguimiento de espía de los medios estatales y los "alternativos", las declaraciones de militares, fiscales, jueces y hasta defensores del pueblo, las expropiaciones, tomas o "revisiones" de gran cantidad de empresas privadas, nos dicen cada día más claramente que no estamos en democracia, aún cuando no nos atrevamos a decir que estamos en dictadura.

La oposición, a su vez, no hace bien su trabajo. Intenta, pero no le sale. Sólo saben protestas, y a veces ni siquiera. Salen a dar grandes ruedas de prensa para dar un plan... de manifestaciones en todo el país. Repito lo que dije hace un par de posts: estoy de acuerdo con la protesta, sobran los motivos para disentir, pero no puede ser lo único. Sólo pocos dirigentes muestran algunas otras opciones y se dan cuenta, insisto, en que la cosa no se resuelve desde la Avenida Principal de Las Mercedes.

martes, 18 de agosto de 2009

Encuentros cercanos del tercer mundo

Pocas personas siguen apareciendo en las protestas. Insisto que las sigo entendiendo porque es difícil ver más de cinco o diez mil personas en un estadio cuando un equipo pierde una y otra vez, por goleada, con el árbitro robándolos y con la Federación modificando reglas para favorecer a los rivales. No es fácil apoyar al que siempre pierde, al que ha oído tantas veces discursos esperanzadores sin metas, al que es constantemente aplastado.

Sí me molesta mucha gente que escribe y escribe, habla y habla, y a la hora de la verdad uno no la ve en ningún lado. Éramos pocos concentrados en Colegio de Ingenieros para ir el pasado jueves a la Asamblea Nacional. Cuando llegaron algunos dirigentes cambió el plan y llegamos por metro. No sé si estaba pensado o no, pero cuando salimos en La Hoyada aparecimos por delante de la PM. Los driblamos. Curiosamente, ellos estuvieron, por un instante, reteniendo a los oficialistas. Pasaron algunos minutos y cuando vi que el movimiento se detenía a la altura del Banco de Venezuela asumí que por enésima vez estaban ahí otros cuerpos de seguridad, pero no. Eran otros oficialistas quienes retuvieron a los opositores. Pronto, sin embargo, llegó la PM con su ballena, sus lacrimógenas y demás.

Aún así, el plan no les salió bien porque cuando los chavistas intentaron rodear a los "universitarios", los de azul activaron sus gases, y hasta conocidos líderes socialistas (como el tal Moronta) tuvieron que huir junto a los "escuálidos" de los intoxicantes vientos.

De los pocos miles quedaron pocas decenas para el segundo envión. Poco a poco, con gran lentitud y sin liderazgo real (a pesar de que estábamos entre los Sánchez, Mejía, Pizarro, etc), volvimos al metro y a la estación El Silencio. Ahí nos encontramos con otro lote de manifestantes en contra de la Ley, al lado, esta vez sí, de la Asamblea Nacional. Enfrente, cientos de PM y cientos de oficialistas (los que antes recibieron la asistencia policial para utilizar nuestra vía).

La única vía de escape se fue cerrando: conocidos grupos armados envolvían a los pocos opositores entre los gases y las armas. Con motos provocaban a jóvenes y adultos que muy poco podíamos hacer. Apenas una vía lateral mostraba esperanzas de escape. Al rato, lo esperado: gas al aire y estampida. Bien ubicado me fui por ese lateral unos cientos de metros, pasando entre policías que estaban desparramados.

Sin saber bien a dónde ir, me paré en la esquina, cerca de un policía. El amigo PM me llamó. Con tono amenazante preguntó qué tenía en mi koala (el cual me guindaba del pecho y que más nunca volveré a llevar a este tipo de eventos). Con miedo y sin tenerle confianza empecé a decir con fuerza que no tenía nada, y abría nerviosamente los cierres. El oficial no tuvo mejor idea que agarrar mi koala y amenazarme con sacar su pistola, la cual asomaba por debajo de su chaleco. Asumí que su plan era muy sencillo y le daría honores televisivos con El Aissami: colocar su armamento en mi koala y detener a un oposicionista armado.

Por suerte, una anciana comenzó a gritarle al PM, haciéndole perder la atención, dándome chance de agarrar mi koala y correr cientos de metros sin destino alguno con el corazón muy alevestrado.

Es curioso que uno habla mucha pendejada, que si las cosas se ponen peor, que si salgamos todos y nos quedamos en la calle toda la vida, etc, etc, pero cuando las cosas pasan en verdad, cuando existe una represión fuerte, cuando se nota la absoluta inexistencia del Estado de Derecho, cuando notas contra quién te enfrentas, todo se aclara, o mejor dicho, se oscurece por completo.

Para todos aquellos que en Twitter, Facebook, por mensaje de texto o llamando a Aló, Ciudadano, hablan alzaditos, diciendo que hay que salir con bolas, los invito realmente a salir, a ver lo que es el grupo La Piedrita, lo que es la Policía Metropolitana, lo que es estar en una calle con supuestos enemigos por todos los rincones y sin nada para protegerte. Cuando realmente cumplan parte de lo que dicen, quizás se den cuenta de su estupidez.

Por cierto, y obviamente rechazando lo que le pasó a los periodistas de la Cadena Capriles, sería bueno que, como intentamos hacer en este blog, viéramos más allá de nuestro alrededor, y de lo que nos pasa a nosotros. Pareciera que el jueves pasado no existieron abusos más allá de a los doce colegas. Apenas se mencionaron las personas golpeadas cerca de la Asamblea, las intoxicadas dentro del Metrocenter y las que, como yo en este caso, sufrieron el abuso policial. Insisto, los doce comunicadores tienen muchísima facilidad para denunciar todo, ¿pero qué pasa con el resto? Ahora sí encendieron muchos las alarmas, cuando ataques como los de ese día en contra de ellos vienen ocurriendo hace semanas, meses y años en este país.

Recordemos a Martin Niemöller, aunque sea un lugar común:
Cuando los nazis vinieron a llevarse a los comunistas,guardé silencio, porque yo no era comunista. Cuando encarcelaron a los socialdemócratas,guardé silencio, porque yo no era socialdemócrata. Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas,no protesté, porque yo no era sindicalista. Cuando vinieron a llevarse a los judíos,no protesté, porque yo no era judío. Cuando vinieron a buscarme, no había nadie más que pudiera protestar.

martes, 11 de agosto de 2009

No se hace nada... no hay nada por hacer

Hoy martes en la mañana había una concentración en las afueras de la Asamblea Nacional. Se convocó ayer en horas de la tarde y era para protestar por la nueva Ley de Educación, que fue aprobada en primera instancia y seguramente muy pronto y sin mayor consulta se aprobará definitivamente.
Al mismo tiempo gobernadores y alcaldes de oposición se reunieron en Táchira. No estaban presentes ni Capriles Radonsky ni el olvidado Morel Rodríguez. Tampoco ví imágenes de Salas Feo, aunque dicen que fue. Alcaldes creo que aparte del Metropolitano, Antonio Ledezma, sólo estaba la anfitriona de San Cristóbal, Mónica de Méndez. No estaban ninguno de los otros capitalinos, ni algunos otros, también olvidados, como el alcalde de la capital del Estado Bolívar, o el de San Carlos, Cojedes, etc.
Cuando Globovisión sacaba un reporte telefónico de la manifestación en el Parlamento, tenían en su estudio de entrevistado al Presidente de la Cámara Venezolana de la Educación Privada, Antonio Delamo.
Es decir... el gobierno en las últimas semanas amenaza y golpea a los medios, a la educación, a la empresa privada, a los gobiernos regionales, se mete en problemas internacionales, y aquí un grupo que representa al menos al 40% de la población es incapaz de hacer algo bien planificado y organizado como respuesta.
¿Qué hacía una figura tan importante de la educación en un estudio de televisión cuando algunos intentaban manifestar ante la Asamblea Nacional? ¿Cómo se convoca a una protesta que debería ser tan importante con tan pocas horas de antelación? ¿Por qué no se reúnen absolutamente todos los opositores con cargos para dar muestras reales de unidad y demostrar contundencia en lo que exigen o proponen?
Es cierto que sólo con marchas no se resuelve nada. Pero alguna respuesta seria habría que dar ¿o no?
Yo soy de los que defiendo toda protesta, intento ir a todas y espero que se sigan convocando, aunque también me gusta ser honesto y decir que nada de eso funcionará. Osea, ante lo que quiere este gobierno, no hay protesta que sirve. No hay propuesta que sirva. Ciertamente, no hay mayor esperanza. Pero aún así hay que hacer de todo, y en este país no se hace nada.
Y no seré como los típicos quejones de facebook o de la calle, que dicen: Venezuela, despierta!!! O los más radicales que dicen: Todos debemos armarnos, ya se acabó esta mierda!! No, mi queja no va tan dirigida al ciudadano común, porque asumo que debe estar decepcionado, ladillado, desesperanzado.
Antes que nada, la protesta debe ser con los que viven de esto. Con los que buscan votos y piensan gobernar el país más adelante. Más de quince partidos políticos de oposición se registraron para las últimas elecciones regionales. ¿Dónde están? ¿Quiénes son sus dirigentes y por qué en estas horas tan oscuras no aparecen todos en conjunto?
Digo, aún con la mayor apatía del ciudadano común, esas organizaciones deben sumar entre todas en las principales ciudades del país más de diez mil militantes. ¿Por qué no estaban hoy todos esos en la Asamblea Nacional? ¿Por qué no dicen de una buena vez sus planes, propuestas y demás? ¿Por qué no aprovechan que Chávez dijo que sus puertas estaban abiertas para todas las voces disidentes de Colombia, y se acercan a Miraflores? Así sea para dejar en claro que el presidente dialoga con los de afuera pero no con los de adentro.
Y no sólo son los partidos. Ahí estaban, actuando de manera descoordinada, las diferentes asociaciones de educación del país. ¿Por qué no van todas los grupos de profesores juntos a manifestar? ¿Por qué no se reúnen y redactan su propia ley?
Repito, aún si todas estas acciones se hicieran de manera adecuada, creo que este gobierno no da oportunidades y termina haciendo lo que quiere, cada día más y con más descaro. Pero no se la pongamos tan fácil. No nos conformemos con que algunos grupos mínimos toquen cacerola en el este de la ciudad. No nos estanquemos en reuniones y asambleas de vecinos en Prados del Este, y no pensemos que con transmisiones abiertas al público en la Plaza Alfredo Sadel de Las Mercedes vamos a cambiar el país. Seamos serios.

miércoles, 5 de agosto de 2009

Todos los micrófonos conducen al gobierno

En la semana que dejé de escribir cerraron 32 emisoras de radio y 2 de televisión (no son 34 de radio), descartaron la Ley de Delitos Mediáticos, Lina Ron atacó Globovisión (¿Qué mejor definición de delito mediático, no?) y Lina Ron está siendo presentada en tribunales para ir presa. Sin olvidar que Fama de América y Café Madrid están a punto de ser expropiadas por el Gobierno.


Diosdado Cabello insiste en que las 34 frecuencias ahora libres irán a manos del pueblo. Insiste en que existe un latifundio mediático. Insiste en que no puede haber herencia en los medios.



A RCTV le quitaron su frecuencia abierta por el canal 2 y el espacio no terminó en manos del pueblo. Tves intentó mantener una fachada medianamente independiente por algunas semanas, pero pronto fue uno más en la lista de los canales del gobierno: VTV, Telesur, ANTV, Vive TV, Tves. No hay más producción nacional independiente que en cualquier otro canal nacional, de hecho hay menos, y sus principales productos son novelas de los años 80, series norteamericanas, y deporte estadounidense.



Incluso a nivel laboral, si RCTV hubiera tenido que cerrar sus puertas, habría dejado desempleadas a tres mil personas. ¿Cuántas trabajarán en Tves? Asumo que el número estará por los cientos, siendo bondadoso.


Ahora las 32 radios y 2 televisoras salen del aire para darle más espacio al pueblo. ¿Cuál pueblo? ¿Puede ir cualquier persona y tomar esas emisoras? ¿O es gobierno un sinónimo de pueblo? Tal como en el caso de RCTV, se planeó la salida mas no la entrada. Tves se armó en pocas semanas, 34 empresas comunicacionales no salen de la noche a la mañana.

Si las radios serán comunitarias, ¿habrá en ellas voceros y locutores de todas las tendencias? ¿Transmitirán los mensajes gubernamentales aun cuando no haya cadena? ¿Podrán asumir al menos el mismo número de trabajadores que por ahora están quedando desempleados? Porque no hay cable para la radio (Olvídense del cuento de Internet, ahí no subsisten más de una semana).

Digo todo esto para intentar comprender a quienes apoyan la medida. Intentando ser justos, ponernos en el puesto de otros. Es cierto que el espacio radioeléctrico es finito, aún cuando también es cierto que, al menos en el de Caracas, sigue quedando espacio. Es cierto que parece injusto que un conocedor de la radio con años de experiencia y con el deseo de tener un espacio no lo tenga. Pero ¿qué pasa con el conocedor de la radio con años de experiencia al que le quitan ese espacio? ¿No están restando uno para sumar otro?

He ahí la verdadera injusticia de todo esto. Nunca se suma. El resultado no está siendo la mayor suma de felicidad posible. No le están quitando a uno para darle a miles. Le están quitando a muchos para darle a sólo uno: el gobierno. El gobierno que no es el pueblo. El gobierno que celebra con los que piensan exactamente como él, pero que no acepta disidencia. Que no acepta las críticas suaves del PPT, que no acepta las manifestaciones de petroleros bolivarianos, que no acepta las opiniones internacionales cuando no le convienen.

Así como Tves y como Telesur iniciaron con un propósito mínimamente distinto, y pronto desviaron su camino para ser unos voceros más del gobierno, así acabarán las 34 frecuencias que ahora están abiertas. Así acabarán las más de 200 que probablemente pronto estén libres. Y ya no habrá noticias en CNB ni en Unión Radio, ni en FM Center, pero tampoco estarán los incómodos comentarios jocosos de Luis Chataing, ni el reporte del tránsito caótico del Helicóptero de Alejandro Cañizalez.

Dicen que menos del 70% del espectro radioeléctrico pertenece al Estado...¿Qué tanto tienen que decir por diferentes lugares que debe ser transmitido por más de la mitad de las radios y las televisoras? ¿Para qué necesitan más de un canal y de una emisora de radio a nivel nacional, si cualquier mensaje de importancia lo comunican a través de una cadena?

Lo lamento, no hay excusa. Quienes defienden la salida del aire de esas 34 frecuencias están cegados por una única postura política que intenta tener todo el poder en sus manos.