domingo, 6 de septiembre de 2009

No es fascismo, es falsismo

¿Hay algo más contrastante, falso, doble discurso que Hugo Chávez caminando por una alfombra roja en un festival internacional de cine, rodeado del lujo y la riqueza europea, aplaudido por multimillonarios?

Es que todo puede pasar cuando se está de buenas con algo. Siempre que esos multimillonarios me aplaudan, pues bienvenido.

Algo así de contrastante es Oliver Stone. Honestamente no le critico su mentalidad izquierdoza, su crítica a ultranza de presidentes estadounidenses como Bush, o sus traumas de Vietnam, sus teorías conspirativas y demás.

Pero volviendo a los designios de John Rawls, para Stone no existe ningún velo, y todo se aplica a él.

Cuando pasa horas hablando con Fidel Castro, riendo en diversos transportes con él, o cuando comenta que Chávez y otros dirigentes latinoamericanos son tipos abiertos, calurosos, mal vistos en Estados Unidos sólo por no seguir los designios de Washington, vemos a una persona poco culta, poco informada, ciega y que disfruta de las curiosidades del tercer mundo desde el sofá de su mansión.

Para mí todo se resumiría en un pequeño laberinto: Esos sistemas que tanto ama usted, señor Stone, no le habrían generado las riquezas que usted posee hoy, porque jamás le habría sido posible realizar sus críticas, sus películas y sus millones en esos países.

Es decir, vayamos al velo de la ignorancia y quitemos contextos. ¿Podría un director de cine realizar películas que critiquen abiertamente a un presidente, generar millones de ellas y seguir viviendo libre y tranquilo en su país? En Estados Unidos (como es el caso de Stone) sí. En Cuba no. En Venezuela poco a poco tampoco. Así pues, los amados sistemas revolucionarios latinoamericanos no hubieran permitido ser libre, famoso y millonario a una figura crítica tan interna como los es Oliver.

Sólo es millonario, famoso y libre por ser estadounidense. Por vivir en el Imperio. Por ser capitalista, y de paso democrático, plural, con libertad de expresión, libertad de salida del país, etc, etc.

Y claro que esta "teoría" cabe para los Sean Penn, Danny Glover, Naomi Campbell, Kevin Spacey, etc: Eso que odian tanto es justamente lo que les permite amar a eso otro, que jamás les permitiría odiar tanto en libertad.

¿Sabrá Stone que justo cuando estrena su película en la "Mostra", el gobierno de Chávez manda a cerrar 29 emisoras de radio más? Y eso por ser mucho menos críticas con el Presidente, que lo que fue Stone con Bush.

3 comentarios:

  1. Hoal Jose Alfredo, te felicito por esta iniciativa, muy bien escrita y con unas cuantas verdades.

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  2. Excelente. Ojalá ese cabrón lo leyera

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  3. Muy buena crítica Joao... en unos años te veo haciendo Escena Global.. (y)

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