martes, 20 de octubre de 2009

¿Será el camino?

Ha empezado una muy larga y dura carrera hacia las próximas elecciones en el país. Esta vez los dirigentes políticos se han adelantado a la Navidad y el Año Nuevo y desde octubre lanzan sus propuestas.

Y la razón no parece ser otra que los problemas que ha habido en recientes citas electorales, donde por uno u otro problema interno se perdieron importantes puestos de poder.

Incluso, ¿se imaginan si con 15 meses de antelación la oposición y la opinión pública nacional hubieran discutido la posibilidad de retirarse de las pasadas elecciones parlamentarias en 2005? Seguramente otro hubiera sido el final de aquella triste película.

Y así pues, luego de rumores y "secretos a gritos" que sólo favorecen al gobierno, dos parcelas se mostraron en la oposición: Una prácticamente sin partidos, con ideas distintas y propuestas más allá de simples críticas; y otra más tradicional, con los principales dirigentes partidistas, con mucha cacerola y todavía pocas ideas.

Es cierto que no debería crearse un clima tan antipartidista como se hizo en el pasado, pero tampoco parece justo ser ciego y aceptar lo que éstos digan, sólo porque se opone a Chávez. Luego de diez años de situaciones similares, parece más bien positivo y refrescante que el uniforme mundo opositor tenga de dónde elegir, siempre que tal elección se pueda hacer con cierta paz y antes de mediados de 2010.

Las primarias de "Todos Unidos" podrían legitimar algunas decisiones de "la Mesa" y ser una un complemento ideal de la otra, aunque ése parece ser el mayor miedo de algunos dirigentes sin liderazgo que saben que sin acuerdo no tienen base para llegar al Capitolio.

Tampoco puede haber ceguera y decidir todo por primarias, en votaciones que de alguna manera se pueden cuestionar. Bien lo decían Petkoff y Samán, hay algunos personajes poco populares pero de mucho peso y sensatez que deben tener respaldo generalizado para el Parlamento.

Qué haya debate, que haya intercambio, que haya unidad, pero que ésta no venga desde las pantallas de Globovisión, que ésta no se pelee en El Hatillo, Baruta o Chacao y se hagan, realmente y de una vez por todas, las "propuestas" que tanto han comentado líderes de uno y otro lado sin que nadie capitalice el descenso de popularidad del "comandante".

martes, 6 de octubre de 2009

En las manos de la Oposición


Pareciera mentira que en uno de los países más inseguros del mundo, con la inflación más alta de América Latina, con una inexistente separación de poderes, un sistema judicial inoperante, unas cárceles que asemejan campos de concentración, un tráfico insoportable, calles y carreteras destruidas y un dólar cuidadosamente controlado, el gobierno mantenga una alta popularidad.

Es cierto que Chávez se conectó con los más pobres, que muchos lo aman más allá de lo que viven en su día a día, pero también es cierto que nadie más les ha ofrecido una mano, o al menos no lo ha hecho de manera convicente y legítima.

Venezuela va en picada, con unos políticos al poder que en verdad son militares o antiguos guerrilleros, y una clase política que en diez años parece haber aprendido muy poco.

Porque no se puede creer que en ese país en caos total, un grupo tan amplio de personas sean incapaces de proponer algo, no sólo de oponerse. Se agarran y utilizan a cuanto liderazgo diverso surja, lo convierten en un show, se abarrotan en los medios de comunicación y terminan sin plantear nada.

La dictadura parece estar cada vez más cerca y de manera más abierta, y todavía prefieren defender su mínima cuota de poder, los colores de su bandera (en la mayoría de los casos recién creada), antes de dar un paso atrás por el bien común. No tienen ideología, no tienen una hoja de ruta, no están en las calles.

El gobierno se aprovecha de sus ilimitados recursos, medios de comunicación, medios de persuación, del miedo, de las amenazas, y la oposición sólo reacciona acudiendo a Globovisión.

Chávez hace campaña constante, nunca para, entiende que siempre hay que estar prometiendo, poniendo cara bonita y llegando a cualquier parte, aún cuando todo sea un montaje. La oposición sólo piensa en campaña cuando vienen unas elecciones. ¿Dónde estaban los interminables candidatos a las elecciones regionales durante el último referéndum? ¿Dónde están ahora?

Habiendo hecho la ridiculez que hicieron en noviembre, cuando se suicidaron en múltiples alcaldías y gobernaciones por ir divididos, ¿para cuándo van a dejar las discusiones sobre los candidatos a diputados?

Todos hablan de unidad, la gente les pide unidad, los analistas les dicen que esa es la única manera de ir contra Chávez, y aunque ese sea su único trabajo, son incapaces de hacerlo.

Se dicen políticos de carrera, personas con experiencia, estudiados en la materia, y aún así van y se refugian siempre en la Plaza Alfredo Sadel, cuando deberían saber que los votos de Las Mercedes ya los tienen. Se lanzan discursos heróicos, y son incapaces de fomentar un ambiente de amabilidad hacia el contrario, o de detener a su militancia o sus seguidores cuando van a insultar a un chavista o arremeter contra un medio de comunicación oficial.

Ellos mismos lo dicen: los estudiantes y jóvenes son un gran ejemplo para Venezuela. Y ahí mismo se lanzan a buscar incluirlos en sus partidos, partidos ineficientes, partidos poco democráticos, partidos sin estructura firme, sin penetración en el interior del país, con poca ideología, con pocas ideas, con pocos, muy pocos creyentes.

En este momento más que nunca el país quiere, subconsientemente un cambio. Lo dicen los sindicalistas todos los días: estamos con usted presidente peeeeero... La oposición debe pescar en ese río revuelto de incomodidad, de esos que notan que la realidad no es como VTV la pinta, que el gobierno no es "obrerista", que no se está ganando ninguna batalla contra la inseguridad, que los cubanos no logran darle salud de calidad a todos, que el gobierno no se encarga de los problemas reales, que el presidente viaja mucho y hace poco, que la represión crece y va contra todos. Se lo dicen las encuestas, esas mismas que siempre le han dicho la verdad a la oposición, aunque ellos a veces no quieran verlo.

Por ahora, lo prefieren ver desde Globovisión, desde la Quinta la Esmeralda, esperando que esté bien entrado el 2010 para tener sus candidatos a diputados, sin que falten los conflictos, los bochornos, los insultos y la utilización de algunas figuras que desde muy temprano empiezan a quemar.